El consumo local de paltas ha aumentado sustancialmente durante los últimos años, sobrepasando en la actualidad los 5 kilos per cápita, a pesar del incremento de precios, según afirma Claudia Carbonell, directora de Odepa. Es que se trata de una fruta que es parte de la canasta familiar de consumo desde hace décadas y que, en los últimos meses, ha presentado un alza en sus precios considerable. «Las intensas campañas de marketing realizadas por la industria en el mercado local hasta hace dos años, lograron ubicar a las paltas entre las prioridades del consumidor chileno», menciona.

Destaca el hecho de que este mercado depende en alto grado de las condiciones de precio en los mercados internacionales, en particular de Estados Unidos, que históricamente concentró el mayor volumen de las exportaciones chilenas de paltas, destino que es hoy superado por el europeo.

En este contexto, los altos precios internos registrados se acercan a los de exportación, permitiendo a los productores distribuir su oferta indistintamente entre ambos mercados. Se trata de una dualidad que no se encuentra en la comercialización de otras especies, y permite proyectar que este mercado mantendrá en los próximos años características similares a las actuales.

«La baja en importancia del mercado de EEUU está siendo compensada por el mayor consumo de palta chilena en el continente europeo, a lo que se adiciona la reciente apertura del mercado chino, factores que permiten prever una demanda internacional fuerte para la palta chilena, a pesar de la competencia de México y Perú», menciona Carbonell.

Por otro lado, la potencial menor disponibilidad de esta fruta a nivel interno, podría generar un sesgo exportador, proyectando que el mercado chileno de paltas continuaría siendo de altos precios a nivel de mercado mayorista y del mercado consumidor.

Disminución en las Plantaciones

La superficie plantada de paltos ha experimentado una baja sustancial en las últimas dos mediciones, de acuerdo a los últimos catastros frutícolas elaborados por CIREN, pasando de 36.385 hectáreas en 2011 a 31.727 hectáreas en 2014. Esta menor superficie plantada se evidenció principalmente en la Región de Valparaíso –la zona productora más importante de este fruto–, la cual se ha visto afectada por una severa sequía durante los últimos cuatro años y incluso algunas áreas productivas, afectadas por severas heladas. De esta manera, se ha provocado un arranque de más de 3.000 hectáreas en los últimos años.

Así, la disminución en la superficie plantada provocará una baja relativa en la producción en el mediano plazo, la cual unida al incentivo generado por el tipo de cambio –que debiera orientar a la producción hacia mercados externos–, debieran afectar la disponibilidad de fruta para la fuerte demanda local.

Fuente : Estrategia