U n año y medio atrás, maderas Lozano, una Pyme ubicada en Alto Pangue, cerca de Talca, exportó tres containers con pallets a Cuba. Su destino era transportar los productos, agua mineral y jugos, que una empresa de la isla vendía internamente y exportaba. La experiencia, según explica Pedro Pablo Lozano, gerente de operaciones de la empresa, fue fluida, aunque hubo que cumplir varias condiciones un tanto extrañas. «Para el transporte marítimo solo podíamos contratar navieras que no tuvieran capitales estadounidenses ni recalar en países que fueran sus aliados», cuenta.

La desaparición de trabas como esas, además de muchas otras cortapisas comerciales, podrían abrir buenas opciones comerciales para las empresas chilenas en la isla. Eso desde que este lunes, tras 54 años, Cuba y Estados Unidos restablecieran relaciones diplomáticas (aunque se mantiene el embargo comercial a dicho país). «La nueva realidad diplomática refuerza las oportunidades de Chile para aumentar el comercio y las inversiones entre nuestro país y la isla. No sólo por las facilidades financieras y en las operaciones bancarias, si no también porque es posible ampliar nuestra canasta exportadora», explica el director general de Direcon, Andrés Rebolledo. «Además, podrían crecer las oportunidades de alianzas productivas y comerciales entre chilenos y cubanos para quedar a solo 90 millas del inmenso mercado norteamericano», agrega.

El intercambio comercial entre Chile y Cuba llegó a US$ 42 millones durante el año 2014, con una balanza comercial favorable a nuestro país en US$ 30 millones. En el período, las exportaciones chilenas con destino al mercado cubano, que totalizaron US$ 36 millones, fueron encabezadas por los alimentos, especialmente por jureles congelados. Mientras que las importaciones de Chile desde Cuba sumaron US$ 6,0 millones, principalmente de ron. Durante el año 2014, 63 empresas chilenas exportaron a Cuba con un universo de 240 productos.

Otros dos factores podrían potenciar el intercambio. Uno, el Acuerdo de Complementación Económica (ACE N°42), que existe entre ambos países y, dos, la nueva ley de inversión extranjera cubana. «Es un instrumento de interés para nuestro sector privado, pues consiste en un régimen de facilidades, garantías y seguridad jurídica para el inversionista que propicia la atracción y el aprovechamiento del capital extranjero», agrega Rebolledo, de la Direcon.

Fuente : Las Últimas Noticias