Están viviendo en la más completa incertidumbre, porque se están registrando 10 réplicas del sismo del martes cada hora y en las calles se habla de que el «terremoto grande aún no viene».

Pero, hoy el mayor castigo que sufren los iquiqueños y los habitantes de Alto Hospicio son las dificultades para conseguir agua y alimentos básicos, y los precios «de locos» a que han llegado algunos productos.

En la capital de la Región de Tarapacá los supermercados de las grandes cadenas están funcionando y respetan los precios previos al terremoto. Sin embargo, algunos miembros del comercio detallista han realizado reajustes abusivos. Como por ejemplo, los $1.500 que cobran por una marraqueta en la amasandería situada en el sector de Oscar Bonilla con Orella.

El agua envasada es otro producto que se cobra a precio de oro en el comercio minorista, lo mismo que la leche (ver tabla). Por ello, el ministro de Economía y el fiscal nacional llamaron a denunciar a los especuladores (información en Pág. 3).

Incluso, Rafael Montes, presidente de la Cámara de comercio de Iquique, reconoció que «Estamos pasando por un momento muy difícil

No sorprende que haya especulación de precios porque no hay locales grandes abiertos».

Mientras, el ministro de Transportes, Andrés Gómez–Lobo dijo que «hemos tenido denuncias de taxistas inescrupulosos que han subido los precios, esto está fuera de norma. Por eso hemos pedido a la población que denuncie en fiscalización.cl.

Agradecen presencia de uniformados
Personal del Ejército y la Armada custodia los supermercados para evitar desórdenes o saqueos y además han establecido tiempos máximos de permanencia de cada persona dentro de las salas de venta, a fin de evitar acaparamientos.

El Jumbo de Plazuela Los Héroes, ubicado en avenida Héroes de la Concepción con Tadeo Hantke, abrió temprano sus puertas hoy y una larga fila que sobrepasaba las dos cuadras se formó en poco tiempo. Soldados organizaron el acceso al supermercado en grupos de 10 personas que contaban con 10 minutos para poder comprar productos esenciales. «Es lo mejor que pudo haber ocurrido, si no, la gente se habría abalanzado y esto habría sido un caos», señalaron las hermanas colombianas Marisella y Annie Lopetegui, quienes viven hace un año en esta ciudad, y pronto regresarán a Cali, porque los temblores las tienen aterrorizadas.

La secretaria Aída Hidalgo se aprovisionó de pan envasado, atún, harina, fideos y arroz. «No quiero ni pensar en lo que habría pasado si no hubiesen estado los militares para controlar esto. Todavía me acuerdo de lo que mostró la tele en Concepción», reflexionó.

A sólo dos cuadras, en el Líder de la misma avenida Los Héroes de la Concepción, alrededor de 40 personas esperaban que se abrieran las puertas. «Nos dijeron que con la réplica tan violenta que hubo anoche, la mercadería se cayó toda al suelo por eso no han abierto». Oficialmente, no hubo de parte de la administración del supermercado una explicación del porqué pasado el mediodía aún tenían cerrado.

El gerente de Unimarc en Iquique, José Ahumada, dijo que sus locales están abiertos y que efectivamente hay escasez de algunos productos refrigerados debido a que hubo que botar mucho cuando se cortó la cadena de frío. En todo caso, aseguró que en el curso de la tarde ya llegarán camiones con reabastecimiento.

La gente que esperaba pacientemente fue contando sus desventuras y el porqué estaban dispuestos a esperar las horas que fueran necesarias. María Eugenia Walsen vive en Playa Brava con Francisco Vergara contó que «ayer mi marido compró en un almacén del sector un litro de aceite, un paquete de fideos y uno de arroz y le cobraron once mil pesos. No puede ser, es un abuso demasiado grande. Ellos son pequeños comerciantes, pero nosotros somos gente de clase media y nuestros presupuestos son reducidos. Voy a esperar aquí hasta que abran y comprara lo que necesito», sostuvo.

Una opinión similar entregó Héctor Hidalgo, de la población Los Maitenes de calle Orella. Denunció que «fui temprano al terminal agropecuario. Había unos pocos locales abiertos. Uno de los más grandes es el «Chiguanko», donde el kilo de harina antes costaba $550 y me pidieron $1.000, es el colmo».

En Alto Hospicio se acaba todo
«La gente está dispuesta a caminar hasta cinco horas a Iquique».

Así lo indicó esta mañana la dirigenta del sector La Tortuga, Irene Bastías, sobre la situación que enfrenta Alto Hospicio desde el terremoto del martes. El desabastecimiento y la especulación –dijo la vecina que vive hace más de 20 años en la comuna– se agudizaron desde el violento temblor de anoche, que cortó el agua potable y volvió a interrumpir la circulación por el camino que los conecta con Iquique.

«La gente está bajando a pie a Iquique en busca de mercadería, porque acá arriba se están acabando la leche y los pañales, y los precios subieron mucho. Es que la igual gente no saca nada con tener auto, porque desde ayer las bencineras sólo venden 5 litros por persona. Y además los celulares se están quedando sin carga», dijo.

A estos problemas, como lo indicó el alcalde de Alto Hospicio, René Galleguillos, se añade la escasez de dinero, ya que los cajeros automáticos no han sido recargados.

En tanto, la vecina del sector Santa Teresa, Paola Gómez, dijo que «el agua embotellada pasó de $ 1.400 a $ 3.500 en el supermercado El Chiu, que está en este sector. Escuché que en otras partes de Alto Hospicio está a $ 7.000. Aquí no tenemos agua potable desde anoche y las pocas horas en que fue repuesta, estaba turbia, así que sólo sirvió para lavarse, pero no para cocinar o tomar», dijo la vecina, quien además se quejó que ninguna autoridad se ha presentado en el sector.

«Tampoco vino el camión aljibe», insistió Gómez. «Los mercados pequeños que tenemos en el barrio se están quedando sin mercadería. La bencina es otro problema, porque la necesitamos para el generador que tenemos», dijo la vecina.

Al cierre de esta edición, los ministros de Obras Públicas, Alberto Undurraga, y Vivienda, Paulina Saball, llegaron a Alto Hospicio. Según el último informe del MOP respecto de la conexión con Iquique, existe sólo una pista habilitada.

Fuente : La Segunda