Hace unos días se dio a conocer una información que, preliminarmente, podría beneficiar a los consumidores chilenos y perjudicar a la industria productora de carne local: las fronteras de nuestro país se abrirán nuevamente a las importaciones de carne bovina brasileña, luego que en 2007 los brotes de fiebre aftosa surgidos en la nación vecina pusieran término a los envíos de carne hacia Chile.

«La apertura del mercado chileno permitirá a los consumidores obtener una mayor oferta de carne bovina de buena calidad, con precios más competitivos», indicó recientemente el secretario de Defensa Agropecuaria de Brasil, Inácio Kröetz.

Lógicamente, se trata de un competidor para «temer», ya que efectivamente Brasil es el principal país exportador de carne bovina a nivel mundial, con importantes envíos a Rusia y países de la Unión Europea.

Frente a los efectos que podría generar la arremetida de los cortes cárnicos brasileños en el mercado nacional, los expertos señalan, primero, que se trata de un producto con el cual es difícil competir, debido sus bajísimos costos de producción.

«Es como jugar un partido de fútbol y empezar perdiendo el encuentro 2–0 y con el árbitro en contra. Los brasileños manejan volúmenes y costos frente a los cuales no tenemos ninguna posibilidad. Además, tienen políticas de Estado que les permiten incrementar su masa ganadera, a diferencia de Chile donde parece que la producción de carne no es una prioridad para las autoridades», señaló de entrada Tomás Erber, presidente de la Corporación de la Carne (Corpcarne).

Lo cierto es que la cada vez más alicaída producción cárnica nacional no logra cubrir la demanda interna (satisface menos del 50% de los requerimientos del país), por lo cual la importación es una realidad que el sector ya tiene «asumida».

«Según el último censo agropecuario (realizado en 2007), la masa ganadera nacional disminuyó un 10% y en estos últimos dos años el rebaño ha caído de forma similar, porque se están eliminando los planteles de carne y machos de lechería», agrega Erber.

Con todo, los representantes del rubro en la zona no parecen temerle a este gigante de la ganadería, ya que según precisan, hoy en día ocurre lo mismo, pero con carne proveniente de Paraguay y Argentina.

Y las cifras dan cuenta de ello: las importaciones de carne bovina acumuladas en mayo aumentaron 28% en volumen y su precio promedio por kilo fue de 19,2% más bajo que en igual periodo de 2008. Los incrementos fueron gracias a Paraguay y Argentina, que representan 64,3% y 31,9% del total importado respectivamente.

«Me parece que el escenario se va a mantener tal cual: la crianza poco rentable; dispersión de la masa ganadera; bajos precios y carne importada más barata. El arribo de mayores volúmenes de carne brasilera no nos afectará más de lo que ya estamos hoy, donde tenemos grandes importaciones de carne argentina y paraguaya a bajo precio. Además, la carne de Brasil no es tan barata como se cree; de hecho registra los precios más altos de los países del Mercosur», indicó a El Austral Alejandro Granzotto, presidente de la Federación de Productores de Carne (Fedecarne).

Una aseveración que es compartida por el representante del Clúster de la Carne y ejecutivo de Procarne, Ljubo Goic. «La carne brasileña no es la más barata y en los últimos días ha registrado nuevas alzas de precios. Me parece que la llegada de este producto no tendrá un efecto distinto a las importaciones actuales», sentencia.

Recuperación

En todo caso, todos coinciden en que el sector requiere con urgencia recuperar el volumen de la masa ganadera, como una forma de lograr mayor competitividad y eficiencia. «Aumentar la masa ganadera es el único punto que nos puede llevar a revertir la situación. Y para ello requerimos la participación del Estado, por ejemplo, con una comisión antidistorsiones que actúe antes y no después», añade Erber.

Fuente : El Diario Austral –Osorno