Mucha gente que trabajaba como temporero ha dejado la zona por la sequía. Como no hay agua, no hay frutas y las empresas frutícolas no contratan. Hay una gran cesantía, lo que ha afectado desde el comercio hasta los consultorios, porque como la gente se está yendo atienden menos pacientes y sus presupuestos se han reducido», afirma Paula Véliz, presidenta de la Agrupación de Temporeras Manos Abiertas del Río Huatulame, al interior del Valle del Limarí, en la Región de Coquimbo.

La sequía tiene en una compleja situación económica y social al agro nortino. La falta de agua ya suma diez años y en la última temporada se llegó a una situación terminal para muchos productores. «Hay pérdidas de hasta 80% en la producción.

Además, los calibres de la fruta de exportación han caído por la menor disponibilidad de riego, lo que ha perjudicado los precios. Hay muchos agricultores que no han podido servir sus deudas con los bancos o que no han podido pagar sus impuestos», afirma María Inés Figari, presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN).

El mal momento del agro nortino escaló hasta el Palacio de La Moneda. Al cierre de esta edición, se confirmó que Jorge Burgos, ministro del Interior, agendó una reunión este martes en la mañana con los principales gremios agrícolas y parlamentarios del Norte Chico.

Los agricultores llevaban varias semanas tratando de mostrar su complicada realidad a las máximas autoridades del país. Hace un par de semanas, en una reunión con todos los parlamentarios de la IV Región, obtuvieron su apoyo para reunirse con el ministro de Hacienda. Sin embargo, el cambio de gabinete se interpuso en los planes gremiales.

Luego de unos días de espera, los agricultores siguieron con el lobby ante las autoridades. El resultado, eso sí, fue mejor al esperado, pues consiguieron llegar al mismo núcleo del Gobierno. A la reunión de mañana asistirá la SAN, así como agrupaciones de trabajadores y de pequeños agricultores, junto a parlamentarios nortinos.

«Queremos que el Estado tome medidas concretas y urgentes, no que sean meros anuncios. Por ejemplo, ayudaría que la Tesorería permita posponer el pago de impuestos hasta que se termine la sequía», explica Figari.

En tanto, Fidel Salinas, presidente del Sindicato de Pequeños Agricultores del Valle del Palqui, que también asistirá al encuentro con Jorge Burgos, afirma que «lamentablemente, el real impacto no se conoce mucho fuera del norte y es importante que se sepa lo que está pasando.

Los más perjudicados somos los agricultores más chicos: los que dejaron de sembrar hortalizas a la espera de que el agua vuelva, o los que producían uva de mesa y perdieron casi todo. A diferencia de los grandes empresarios no tenemos campos en diferentes lugares. La sequía nos pega directamente, se nos acaban los ingresos».

Fuente : El Mercurio