Hasta el viernes de la semana pasada existía la certeza de que pronto saldría humo blanco para que los Said Handal por fin se integraran como socios mayoritarios a la distribuidora Rabié.

Sin embargo, según comentaron conocedores de la operación, esta semana diferencias en temas administrativos llevaron a las partes a deshacer el negocio, abortando definitivamente el acuerdo.

Esta decisión deja en una situación complicada a la firma chillaneja, que venía con problemas de caja y una importante deuda con los bancos.

De hecho, tras el anuncio la distribuidora tuvo algún alivio, al menos de parte de sus proveedores, quienes volvieron a entregar mercadería, documentando a fecha algunas deudas, aunque todo «amarrado al due diligence», comentaron en su oportunidad trabajadores de la compañía.

Hasta ahora, se habían manejado con total hermetismo las conversaciones entre ambas familias. Tanto así, que consultado por la decisión, el gerente general del holding de empresas de la familia Said Handal, Arturo Ricke, no quiso referirse al tema.

Las negociaciones


En los tres meses que duró el due diligence buena parte de las condiciones que la familia Said Handal pidió a Jorge Rabié estaban avanzando a buen tranco. Estas eran: resolver la relación entre la distribuidoras y Virtus Partners, así como la elaboración de una estrategia de racionalización y reestructuración de sus pasivos con acreedores y proveedores. Temas en los que también se habría avanzado en forma importante.

Cabe recordar que ya en enero –cuando se hizo pública la negociación– el gerente general del holding de los Said Handal, en entrevista con Diario Financiero aseguró que en reuniones con proveedores han tenido una «muy buena predisposición hacia la compañía y también hacia la necesidad de volver a tener un Rabié fuerte».

Es más, Ricke agregó en esa oportunidad que tenían contemplado realizar un aumento de capital para concretar la operación y proveer a la compañía de recursos frescos para capital de trabajo y el cumplimiento de sus obligaciones con proveedores.

Asimismo, la compañía durante estos meses también habría comenzado a conversar con los bancos acreedores, aunque, según trascendió, ese proceso sería más lento.

El atractivo de la compañía


Para los Said Handal, Rabié representaba una buena oportunidad para volver a posicionar a la compañía como un actor sólido en la distribución en el canal tradicional.

Vieron un gran potencial en la firma que hoy atiende a más de 40 mil clientes, además de las perspectivas de distribuir nuevas categorías.

Al interior de Rabié, también las expectativas eran grandes. Era la oportunidad de dar un salto importante y duplicar las operaciones de la compañía en el mediano plazo. Así, al menos, fue comunicado a los trabajadores por parte de la administración, tras el inicio del due diligence.

«Se supone que ellos vienen a ganador, a duplicar el funcionamiento de la empresa», comentó el presidente del sindicato nacional de trabajadores de Rabié, Hernán Sepúlveda.

Según cercanos a la operación, a mediados del año pasado comenzaron con las negociaciones con diferentes grupos, las que finalmente no llegaron a puerto.

Ante esta situación, las apuestas apuntan a que se busquen alternativas por otro lado, ya sea a través de un nuevo socio o la venta.

Fuente : El Diario Financiero