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Siete años de vacas…

Siete años de vacas…
30 octubre, 2014

EL MES DE octubre partió con un sinnúmero de preocupaciones, desde una posible desaceleración macroeconómica global, pasando por un proceso desinflacionario agudo en Europa, para terminar con una efusiva propagación del virus ébola en los países desarrollados. Este temor desmedido se plasmó en un abrupto ajuste bursátil a nivel mundial, las tasas de los bonos del Tesoro a largo plazo comprimiéndose, una toma de utilidades en commodities dejando al precio del petróleo girando en torno a US$80 el barril, y las tasas soberanas de los países periféricos europeos trepando hacia niveles inesperados.

Sin embargo, la segunda quincena del mes vino acompañada de una mayor calma, en la cual los agentes de inversión aprovecharon dicha instancia para retomar posiciones en renta variable, dejando una vez más a los índices accionarios estadounidenses acercándose sigilosamente hacia sus máximos históricos, como si el riesgo se hubiese esfumado. No obstante, a medida que nos vamos acercando al séptimo aniversario de la peor crisis financiera en décadas, pareciera que aún hay incertidumbre acerca de si seguiremos en un prolongado período de vacas flacas o si nos encontramos en un punto de inflexión a punto de empezar un período económico más robusto, con mayor dinamismo, alejándonos gradualmente de los estímulos monetarios extraordinarios.

Durante la crisis financiera estadounidense del año 2008 fueron muy pocos los países (por no decir ninguno) que se escaparon de una profunda contracción económica. Sin duda alguna que los más afectados fueron los países desarrollados, que continuaron atravesando un proceso de desendeudamiento que no ha permitido una reactivación más robusta y que fue, y continúa siendo, amortiguado por un mayor grado de liquidez.

En Estados Unidos el foco de aquí en más estará puesto en el proceso de normalización de tasas liderado por la Reserva Federal (Fed) bajo un escenario donde la confianza del consumidor ha alcanzado su nivel más alto en toda la post crisis, las ventas de viviendas usadas y nuevas han tenido un segundo brío, las ventas automotrices continúan mostrando un dinamismo saludable, la banca está otorgando un promedio de US$20 mil millones mensuales en créditos de consumo y la economía ha generado en promedio 227 mil nuevos empleos por mes.

Las presiones inflacionarias salariales se mantienen deprimidas, dado que la tasa de desempleo (5,9%) sigue por encima de una tasa aceptable de largo plazo. Las empresas continúan adoptando medidas en pos de incrementar su productividad a medida que las utilidades siguen creciendo del orden de 5,5% año a año, dándoles de esa manera un sustento a las valorizaciones de mercado.

El déficit fiscal como porcentaje del PIB cedió hacia 2,8%, otorgándole grados de libertad al fisco para apoyar ante una eventual desaceleración macroeconómica, mientras nos encontramos ad portas de la última elección federal bajo el mandato del Presidente Barack Obama sin que estas hayan jugado ningún rol bursátil, como en períodos anteriores.

EN EUROPA pareciera que la temporada de vacas gordas aún está lejana. Sin duda alguna que un paso importante para la reactivación financiera de la región viene condicionado por los resultados de los exámenes de stress financiero publicados el reciente domingo, dando fe que la banca está en buen pie.

A su vez, las medidas monetarias adoptadas desde mediados de año por el Banco Central Europeo (BCE), que incluyen tasas de interés cercanas a cero y mayor liquidez en los meses siguientes, deberían reactivar la economía regional. No obstante, algunos países siguen reacios a implementar cambios estructurales profundos para darles mayor competitividad, aplazando con ello la consolidación de una reactivación más robusta. En Japón ocurre algo similar a pesar de todos los esfuerzos que se han realizado para re inflacionar su economía.

El impacto que tuvo el aumento al impuesto al valor agregado, hace seis meses, desde 5% a 8%, recién se viene disipando luego que las ventas retail crecieran por encima de 2% el mes anterior. Sin embargo, la inflación subyacente (hoy levemente por encima de 1%) sigue muy lejana al 2% definida como meta por parte de las autoridades monetarias japoneses para el año 2015. A su vez, la tercera flecha del primer ministro Shinzo Abe, que incluía reformas estructurales en varios frentes por parte del Gobierno, no ha sido implementada.

Con ello se limita, al igual que en Europa, que los mecanismos de transmisión monetaria se amplifiquen a través de la economía. Es bajo este espectro que los agentes de mercado están esperando una nueva ronda de dosis monetaria que permitiría alcanzar un mayor nivel inflacionario en un ambiente mundial donde hay fuertes presiones des inflacionarias. Finalmente, en China, cuya economía creció 7,3% durante el tercer trimestre, se puede esperar que las autoridades adopten medidas adicionales para re acelerar su economía.

Ello tras que las presiones inflacionarias inmobiliarias cediesen dejando a la inflación general en 1,6%. La meta gubernamental china sigue estando en torno a un crecimiento económico cercano a 7,5%; sin embargo, ello requerirá un esfuerzo monetario mayor al adoptado en períodos recientes. En conclusión, a pesar de que EEUU pareciera estar entrando en un período de expansión sin muletas monetarias, es probable que una nueva fase de vacas gordas de sus principales socios comerciales esté aún lejana.

Fuente : Pulso