EL impacto de la reforma en el precio de las bebidas analcohólicas dependerá de su contenido de azúcar. Los productos light y zero bajarán de precio.

En cambio, las gaseosas, jugos en polvo, aguas saborizadas y bebidas energéticas, cuya concentración de azúcar supere el límite establecido por el gobierno (de 15 g por cada 240 ml), aumentarán de valor. Actualmente, el impuesto específico del sector es de 13%.

Los productos que superen el límite de azúcar pagarán una tasa de 18% y aquellos que se encuentren por debajo, un impuesto del 10%. Con esta reformulación, el gobierno espera recaudar en régimen alrededor de US$ 70 millones, un 0,8% del total de la reforma, de US$ 8.300 millones. Así, una bebida gaseosa de 1,5 lt. pasará de $ 1.500 a $ 1.566 (un encarecimiento de 4,4%), si toda el alza de impuestos es traspasada al consumidor, y una light bajará a $ 1.460, desde los $ 1.500 iniciales (baja de 3,2%).

La industria prevé que el efecto en el sector será negativo, porque las bebidas azucaradas son el producto más demandado.

Aunque el impuesto específico busca corregir conductas, estimulando un menor consumo de azúcar en la población, la industria considera que el alza a 18% es discriminatoria e inconstitucional, por cuanto, se focaliza sólo en las bebidas y en el azúcar, en circunstancias que hay otros productos que potencian el problema de la obesidad.

Asimismo, se prevé que la reforma tendrá un negativo impacto en los más de 120 mil pequeños comerciantes de barrio, donde las bebidas analcohólicas representan casi un 40% de toda su facturación», explica Pelayo Bezanilla, director de la Asociación Nacional de Bebidas refrescantes.

Fuente : La Tercera