ES EL ROSTRO del grupo empresarial que fundó su madre, Liliana Solari Falabella en 1994. Carlos Heller es el hombre a cargo del grupo Bethia, un holding con cinco áreas de negocios estructuradas en transportes, a través de Sotraser y Blue Express; agrícola con Ancali y Agrimac; vitivinícola con las marcas Indómita, Santa Alicia y Porta; salud con la isapre Colmena y comunicaciones a través de MEGA, radio Candela y Etcétera TV.

Sobre los hombros de este agrónomo pesan los destinos del holding que posee el 10,47% de la propiedad de Falabella , 6,3% de LAN Airlines y un 2,13% de Aguas Andina. Con todo, se calcula que el patrimonio del grupo supera los US$4.000 millones. Pero hay una pasión personal que Heller Solari lleva en la sangre: «La pasión por la crianza de fina sangre».

Siguiendo esa pasión arraigada en su familia, la última adquisición del presidente de Bethia fue Vinery Farm, uno de los más importantes criaderos de caballos en Kentucky, Estados Unidos.

«Lo que adquirimos en Lexington no es sólo un haras, es además una centro de rehabilitación y una pista de entrenamiento. Lo adquirimos porque estamos seguros que este puede ser un muy buen punto de partida para comenzar a llevar caballos chilenos a un lugar tan competitivo y prestigiado como Estados Unidos. Lo que queremos hacer no es llevar necesariamente los caballos más caros, como usualmente se hace, sino los caballos de buenas líneas sanguíneas medias. Tenerlos en nuestro training center, hacerlos correr en Estados Unidos, y con ellos prestigiar la hípica chilena», explica a PULSO el propio Carlos Heller.

¿Qué se busca con desarrollar la crianza en Estados Unidos?

El objetivo es criar en los dos hemisferios. Los caballos en Estados Unidos nacen desde enero a junio y en Chile de julio a diciembre, entonces, los potros se ocupan en ambos hemisferios. Una de las alternativas es llevar a Kentucky una selección de las mejores yeguas de Don Alberto (Chile), además de comprar algunas en Estados Unidos y en Europa. ¿Esta será una inversión rentable o es cumplir un sueño personal?

Yo creo que todas las inversiones parten por un sueño, pero en general hay mezcla de lógica y pasión; siempre se mezcla la pasión con los negocios. La hípica es pasión, como lo es el fútbol, y va a seguir siendo pasión, lo que no significa que no lo vamos a transformar en un negocio rentable. Sin embargo, uno no piensa en enriquecerse con negocios como el fútbol o la hípica eso es un error. Lo que quiero es conservar la pasión de mi familia, la tradición familiar haciendo inversiones razonables que agreguen valor a la hípica como disciplina nacional.

Siempre se habló que Agrícola Ancali estaba buscando terrenos óptimos para crecer en Estados Unidos. ¿Ese es el siguiente paso?

Este es el primer paso: ya estamos en Estados Unidos, tenemos una sociedad allá y estamos operando; entonces, los próximos pasos se hacen mucho más fáciles. Dar siempre el primer paso cuesta; yo siempre pensé que iba a ser una lechería primero, pero se dio al revés. Sin embargo, no descarto seguir invirtiendo allá.

¿Qué tan complejo será dividir el tiempo entre directorios en Santiago, viajar a Los Ángeles, y ahora a Estados Unidos?

Me encantan todos los lugares. Por ejemplo, ayer estuve en Pirque, otra zona donde estamos desarrollando un training center; tenemos el haras Don Alberto en Longaví, el de Los Ángeles, más todos los campos en el sur que también son mi pasión. Ahora sumamos esto en Kentucky, que me obliga a dividirme, pero me da tranquilidad que mi hijo mayor, Pedro, ya maneja muy bien el tema lechero y agrícola en Los Ángeles, lo que ya me da la capacidad de ir de visita y no estar tan encima. Él tiene la juventud y fuerza para ayudarme en una y otra parte.

La búsqueda en Kentucky

La mirada de Carlos Heller siempre estuvo puesta en Lexington, ciudad conocida mundialmente como la «capital del caballo». Al momento de cerrar el negocio con el empresario Tommy Simon, el presidente de Bethia viajó a Estados Unidos. Tras una fructífera negociación para adjudicarse esta mega propiedad de 417 acres (168 hectáreas), la operación se cerró en cerca de US$13,8 millones.

«Kentucky es el centro de la crianza mundial, por lo tanto buscar otros ubicaciones no tenía sentido, el 50% de los caballos que nacen en Estados Unidos , nacen en Kentucky, en Lexington, por lo tanto llegamos a la cuna de la hípica mundial. Es aquí donde todos los grandes, los árabes, ingleses, irlandeses, australianos, japoneses, tienen haras los mejores están ahí», sostiene con orgullo Carlos Heller.

¿Cómo realizarán este intercambio entre Chile y Estados Unidos?

Una de las alternativas es llevar a Kentucky una selección de las mejores yeguas de Don Alberto (Chile), además de comprar algunas yeguas en Estados Unidos y en Europa para poder cubrirlas en el hemisferio sur.

A qué me refiero con eso, hay muchos potros extraordinariamente buenos cuya monta cuesta 100, 150 mil dólares. Pero cuando están fuera de temporada te puedes conseguir la misma monta en un cuarto de precio.

Entonces, este haras nos permitirá preñar yeguas en nuestro hemisferio a un cuarto de precio, y acceder a potros que estaban fuera de nuestro alcance.

Su familia ya tiene stud (equipo), el que tiene muy buenos resultados, ¿esperan crear un stud allá y correr premios en Estados Unidos?

De todas maneras, ojalá un caballo criado por Don Alberto en Estados Unidos llegue a correr una Briders cup, o el Derby de Kentucky o ganar una Dubai cup.

¿Si tuvieras que escoger entre ganar el Derby de Kentucky, Preakness Stakes o Belmont Stakes … ¿cuál escoges?

Yo escojo los tres. Me encantaría repetir la hazaña de «secretariat» que se ganó el último triple coronado a nivel mundial, en los años 70. De hecho los colores que uso en mis caballos, son los colores de «secretariat».

Pero el valor de un ejemplar en Estados Unidos es muy superior al de Chile.

Lejos un caballo en Estados Unidos es más valioso, además los costos son otros allá, también el costo de las yeguas nuestras indudablemente tiene precios diferentes. Todo el remate de Don Alberto y Matancilla, allá se vende en un solo caballo. y el doble incluso…

Si tú llegas a pegarle a un buen potrillo, eso indudablemente te paga toda la inversión del haras en uno o dos años. Te permite recuperar con creces la inversión. Acá en Chile eso es impensable aún.

Dónde lo llevará la pasión por la hípica en los próximos días, ¿cuál será su próximo remate?

Vamos a ir a los remates de «Keenland» la próxima semana. Posteriormente voy a un remate a Irlanda, donde están saliendo las mejores sangres del mundo de yeguas, potrancas y potrillos chicos, donde podemos empezar a hacer.

Fuente : Pulso