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Espumante Azur: El nuevo proyecto de Rafael Guilisasti y sus socios italianos

Espumante Azur: El nuevo proyecto de Rafael Guilisasti y sus socios italianos
1 febrero, 2015

No solo el futuro de la Sofofa, o la reforma laboral, o la vicepresidencia de Concha y Toro copan la agenda de Rafael Guilisasti. Hay un proyecto que él mismo define como un «sueño», y que hoy se hace realidad: Azur, espumante de alta calidad elaborado absolutamente en pleno valle Limarí.

Se trata de la primera casa especializada en el llamado Método Tradicional en Chile, dedicado exclusivamente a la elaboración de espumante de alta calidad, cuyo proceso de elaboración es de dos años. Una historia que comenzó hace cinco años, con la mezcla de dos historias.

La primera, un grupo de amigos italianos, en particular Franco Ziliani –hombre de más de 80 años y propietario de Berlucchi, una de las productoras más importantes de espumante de la zona de la Franciacorta, Italia–, quería repetir en Chile su exitosa producción europea.

Y segundo, una convicción personal de Guilisasti, respecto de que «el espumante tiene que ser de una casa especializada, no puede ser una extensión de línea de una casa vitivinícola. Para marcar el punto en el mercado premium tiene que recorrer una identidad particular», cuenta el mismo Guilisasti, tras participar, la semana pasada, de la inauguración de la bodega en una íntima ceremonia en la que participaron el ministro de Agricultura, Carlos Furche, y el alcalde de Ovalle, Claudio Rentería.

Con sus socios –los italianos Stefano Rossi y Fabio Mascialino, además de Franco– comenzaron la búsqueda de la zona perfecta para instalar su bodega. Sabían que lo importante era encontrar un sitio donde se diera bien el Pinot Noir y el Chardonnay, y para eso visitaron distintas zonas costeras. Hasta que llegaron a Limarí, lugar que los conquistó, pese a la dura sequía que afecta a toda la zona. «Con Stefano, Fabio y Franco Ziliani nos surgió la idea loca, que después se transformó en cuerda, de producir un espumante con método tradicional. Probamos muchas zonas y nos gustó Limarí, antes de la sequía.

Pero así y todo seguimos creyendo que esta zona tiene fundamentos excepcionales para producir un espumante de gran calidad», dice Guilisasti. Y agrega: «Aún con su escasez de agua, Limarí tiene un gran futuro, especialmente en una agricultura de alto valor. Productos de bajo valor van a tender a desaparecer, y va a haber agua para los proyectos de alto valor», señala.

Levantaron la bodega, crearon la empresa Espumantes del Limarí y comenzaron a pensar en grande. La inversión total fue de unos $3.200 millones. Se incorporó un gerente suizo, Christoph Gairing, y el enólogo italiano Carlo Franchini. A cargo del área comercial está Francisco Molina, y del área de marketing, Sofía Guilisasti, hija de Rafael. Así nació la marca Azur, nombre que viene del lapislázuli, mineral típico de la zona.

¿Por qué decide hacer este proyecto solo y no con Concha y Toro?

–Puede parecer paradojal, pero yo he aprendido que los proyectos premium necesitan una pequeña historia. Creo que el espumante no puede ser una extensión de línea de una casa vitivinícola. Para marcar punto en el mercado premium tiene que recorrer una identidad particular.

El espumante o el método tradicional se juega en etapas claves: el prensado, la guarda en botella que requiere mucho espacio, y después la tecnología para poder hacer muy eficiente el añadido del licor de expedición, lo que en las casas de espumante llaman el secreto de la casa.

Es un proceso muy técnico y creo que en una casa de vino este proceso se pierde, hay que ser súper especializado. Guilisasti sabe que no es fácil entrar al mercado con un producto de alto valor, pero le tiene fe. Espera – en una primera etapa, al tercer añoacercarse a ventas por US$1 millón, equivalente a unas 3 mil cajas. «Este es un producto de alta gama, US$210 precio FOB la caja de 12 botellas.

El objetivo es vender 3 mil cajas al tercer año y rápidamente pasar a 5 mil. Y con una ampliación esta bodega puede alcanzar hasta las 10 mil», destaca. La idea es exportar en torno al 80% de la producción, para lo cual su primer destino será China y Corea, y esperan pronto abrirse paso en Brasil, EEUU y Canadá.

Fuente : Pulso